Bitácoras
La historia de Froles comienza en Hibernalia, donde la nieve abunda y hay más que solo humanos, hay personas.
Froles es un joven alto, de cabello blanco, ojos claros y con unas ganas de aprender cosas nuevas impresionantes. Froles ha estudiado gran parte de su vida en la escuela de magia de Hibernalia donde se le consideró un Taumaturgo cualificado por sus grandes habilidades arcanas que cada día mejoraba más.
Froles quiso probar otra profesión ya que ser mago lo estaba aburriendo entonces decidió explorar cuevas y cavernas que habían cerca de Hibernalia.
Exploró una cueva nunca antes habitada que estaba a no más de 2 kilómetros de la ciudad y decidió llamarla “Froverns”, donde poco a poco iba llevando sus herramientas de trabajo, sus mapas y brújulas, sus documentos de lugares cercanos para conocer cada vez más. Y un papel y lápiz para hacer sus propios mapas de cuevas nuevas como Froverns.
Pasaron varias semanas hasta que Froles tenía su morada bien estructurada. Y decidió emprender un nuevo viaje, que lo llevará a encontrar cosas que nunca se esperaba, descubrir nuevos lugares, culturas… y quizás podría aprender nuevas habilidades arcanas que le ayudarían a disfrutar mucho más su viaje.
Tomó su mochila con todos sus implementos, excepto un mapa, ya que decía que no lo necesitaba porque iba a buscar lugares inexplorados, lugares donde su instinto de explorador lo llevarán. Se puso en marcha y se fue por las montañas que había al sur de Froverns, caminó varios días haciendo paradas en varios lugares estratégicos para descansar y tomar nota de los animales y lugares que observaba. Siguió caminando más y más hasta adentrarse a las montañas y tomó una decisión que puede que haya sido su decisión más importante; rodear la montaña y ver que había del otro lado.
Continuando con su camino empezó a notar que la nieve caía en menor cantidad, veía arboles de otros colores además del blanco del que ya estaba tan acostumbrado, más animales volando por el aire, pequeños roedores corriendo por el camino, y veía las flores bailar libres en la pradera. Sintió una sensación gratificante, una sensación de alivio, una sensación que lo hizo sentir más vivo y lleno de experiencia porque estaba viendo cosas que nunca nadie de Hibernalia había visto antes.
Anonadado siguió su camino hasta encontrar varios montones de arena con varios agujeros de donde salían varios animalitos en conjunto y se sentó a observarlos, sacó su cuaderno y comenzó a tomar nota de sus características, ya que estos pequeños seres le causaron gran interés. Después de observarlos mucho tiempo seguía con su sonrisa enorme pensando en las cosas maravillosas que hacen estos seres magníficos.
Continuo montaña abajo y cada vez era más verde el lugar donde se encontraba y hacía más calor, lo cual estaba agotando un poco a Froles, sin importarle esto paró a un grupo de caminantes que estaban cerca y les preguntó: ¿Saben cómo se llama esto?, mostrando los dibujos de las criaturas antes vistas. ¿Hormigas? ¿Quieres saber de las hormigas? Decían los caminantes con risas burlonas… Así que son hormigas… pensó Froles, y volvió a preguntar: ¿Qué es lo que más les llama la atención de este lugar? Y ellos respondieron cada uno cosas diferentes, como las casas, los lugares de recreación, los establos, entre otros, y se acercaron más personas y hubo una gran conversación sobre lugares de interés de este lugar, desconocido para Froles.
No muy lejos vio varias casas y establos aparentemente poblados, donde quiso acercarse para hablar con los nativos y preguntar varias cosas del lugar. Él se sentía un poco más debilitado por el calor, que no era común en Hibernalia. Después de varios cuartos de hora, muy débil ya, llegó al poblado, donde entrando por el portón principal cayó desmayado y sudando como jabalí.
¿Joven se encuentra bien? Una voz dulce como la cerveza de Hibernalia lo despertó, ¿Joven se encuentra bien? Le repitió la dama. Sí, estoy bien, tengo mucho calor- Le traeré un poco de agua si lo prefiere- respondió la mujer apresurada. Froles se levantó y miró el lugar donde estaba y era un pequeño cuarto, cálido y muy cómodo, con un ropero, una mesa donde estaba su mochila y una cama, donde él se encontraba sentado, tomó rápidamente su mochila y buscó su libro arcano, donde habían varios hechizos que le proporcionarían temperatura fría para su cuerpo… buscó la página y comenzó a recitar “Fros Duham Maléh” y su cuerpo emitió un aura helada que lo hizo sentir mejor.
La dama entró a la habitación y le ofreció el vaso con agua que había ido a buscar y Froles amablemente lo recibió y comenzó a preguntarle: ¿Dónde estoy? ¿Qué es este lugar? ¿Cómo llegué aquí? Y la mujer respondió: Estás en mi casa, en Falkreath, te encontré desmayado en la entrada de la ciudad y decidí traerte para que descansaras. – Muchas gracias. ¿Puedo salir? Es que soy un explorador en busca de nuevas cosas, quisiera conocer bien este lugar. – Claro, has lo que quieras. Por cierto me llamo Aela. – Mucho gusto, Froles. Otro día hablaremos Aela.
Froles salió de la casa de Aela y comenzó a observar a todos los habitantes Falkreath los cuales lo saludaban muy cordiales y él devolvía el saludo. Caminó, observó y escribió sobre todo lo que había a su alrededor. Hasta que salió de la ciudad y caminó cerca de ella, siguió la corriente del cauce y halló algo que podría ser su nueva aventura de explorador, la entrada a una gran cueva que le causó extrema curiosidad y sin pensarlo se estaba acercando a esta estructura natural tan maravillosa. Sacó su cuaderno y recitó “Dol Ra Fez” y una luz voló sobre su cabeza la cual iluminaba gran espacio cerca de él, lo que le permitía ver en la oscuridad, o parte de ella. Se adentró a la caverna, no escuchaba nada más que sus pasos y su respiración emocionada, veía las columnas que habían cerca las paredes y quedaba fascinado hasta que algo destapó su curiosidad, algo en la última pared de la cueva lo dejó pensativo, eran símbolos, pero no símbolos normales, eran símbolos mágicos, arcanos, y pudo saberlo por conocimiento adquirido en la ciudad de Hibernalia. Buscó su libreta de apuntes arcanos y buscó que podría significar esos símbolos, no tenían un significado pero tenía el modo de como pronunciarlos, así que hizo una mirada hacía la entrada de la entrada de la cueva, nuevamente a los símbolos y comenzó a recitar: “Yoor Fuh Dar”, los símbolos comenzaron a brillar y dentro de la cueva parecía como si hubiese un terremoto, temblaba fuertemente y rocas comenzaron a caer y cerraron la entrada, Froles intentaba salir ya que estaba asustado, impresionado pero asustado y no lograba sacar las piedras del camino hasta que una piedra cayó en su cabeza y lo dejó inconsciente.
Nadie sabía nada de Froles, hasta Aela preguntaba a los pobladores si lo habían visto pero nadie decía nada, para todos, él había desaparecido, para él, su mayor historia había comenzado.
Froles despertó en una pequeña cueva, mucho más pequeña que en la que se desmayó, y estaba no se encontraba sellada, esta estaba iluminada con luz del sol, escuchaba martillos, picas y palas retumbando contra la tierra, salió para ver qué estaba sucediendo y encontró varios hombres trabajando, picando minerales para llevárselos a otro hombre, que estaba mejor vestido en la entrada del corral de minerales – “Pog Jhin Fa” dijo Froles y se había hecho invisible para los hombres, siguió al hombre bien vestido para ver hacía donde se dirigía y comenzó a observar el lugar por el que pasaba, habían personas hablando de dios, un solo dios, lo cual le parecía extraño a Froles y se preguntaba ¿Un dios? ¿Cuál será? ¿Talos? ¿Akatosh? ¿Mera? Pero ellos hablaban solo de un dios, y era un dios con costumbres humanas, y según la gente era el creador de todo. Froles escuchaba más cosas interesantes de la gente que hablaba por las calles mientras seguía al hombre de las ropas sin ser notado.
Finalmente llegaron a un gran castillo, donde habían personas con armaduras en la entrada vigilando el paso, y dentro de este muchísima más gente con ropas finas, en comparación a la gente de las calles. Llegó a una habitación donde había un gran comedor, mucha comida y gente comiendo como locos, y un señor vestido con los mejores artefactos que había allí, ropas con hilos de oro, anillos, coronas, muñequeras, muchas cosas de alto valor. El hombre de las ropas llevó el material al señor de oro. Y este le hizo un intercambio, eran negocios. Froles aun confundido por lo que veía, las costumbres extrañas comenzó a pensar que esa podría ser una oportunidad magnífica de aprender nuevas cosas. Salió del castillo, buscó ropa adecuada para el lugar y canceló el efecto de su hechizo, ya era visible por todos.
Pasaron varias semanas y él aprendió todo lo que debía aprender del lugar, Froles se hallaba en la edad media y no lo sabía, pero sí sabía que ya tenía muchas cosas de que hablar en Hibernalia cuando volviera.
Froles después de llenarse de conocimiento, volvió la cueva en la que despertó y dijo nuevamente las palabras que usó en Falkreath, nuevamente, cayó desmayado, pero esta vez despertó en una ciudad más desarrollada que la anterior, pero menos que la ciudad de la que venía, salió de la cueva, miró a la gente, y decidió caminar por el pueblo para escuchar las cosas de las que hablaban los pobladores, hablaban de negocios, de mujeres, de poesía y literatura, hablaban de guerra y más que todo sobre la religión, ya el dios del que hablaban tanto en la edad media no era casi mencionado, ya los valores y las actitudes de la gente eran por medio de la gente, no se dejaban convencer de que era un ser superior, ellos eran ese ser superior que ha logrado hacer todo lo que se ha hecho. También el estado estaba dividido socialmente, los reyes, los militares, los ciudadanos, los esclavos, era similar a la edad media, pero ya habían más temas culturales y religiosos, el pensamiento de las personas era diferente, un cambio que alteró mucho a Froles, porque empezaba a entender muchas de las dudas que se había puesto en el colegio de Hibernalia.
Muchas semanas estuvo allí, muchas cosas escribió en su cuaderno, le tocó conseguir otro, porque la cantidad de información que tenía era incontable, se estaba llenando de conocimiento, de experiencia, y ese era el su principal objetivo cuando partió de Froverns.
Quiso volver a Hibernalia, entonces fue a la cueva donde le han pasado todos estos acontecimientos, alteró algunas palabras y recitó sus frases arcanas, las cuales si le permitieron volver a Hibernalia, a su época y a su clima natal.
Pero lo que no supo es que demoró UNA SEMANA entera en volver, donde no estudio sus apuntes, donde no realizó trazos de animales, lugares que conoció, una semana de descanso totalmente. Cuando llegó al colegio de Hibernalia estaban preparando un evento, en el que celebrarían el día de la magia, donde varias facciones del colegio debían hacer representaciones de este día que marcó la vida de muchos, a Froles le tocó su rama principal, la magia arcana. Él y algunos de sus compañeros se lucieron haciendo este evento, en el cual, mucha información de sus viajes les fueron útiles.
El archimago Tarthanan llamó a Froles y comenzó a evaluar su desempeño y le dijo que si hacía bien su trabajo, podría ganar un puesto como mano derecha del archimago y una especialización en una nueva rama de magia. Lo cual a Froles le pareció maravilloso, entusiasmado salió de la sala del archimago y fue hacía Froverns para organizar sus nuevos documentos, tomar más herramientas, y comenzar a viajar de nuevo en el tiempo, que es lo que él creía que hacía en esas cavernas. Y así llenarse más de sabiduría y poder algún día llegar a ser un Archimago explorador.
Semanas después, en el colegio de Hibernalia, Froles recibió una carta de Tarthanan donde lo citaba a su oficina para darle un trabajo, una misión cualquiera. – Debes ir a buscar en la biblioteca de la escuela varios libros, uno, sobre la vida de Magal el mago obscuro y otro, el cual encontrarás varios tipos de hechizos que él realizó para ser tan poderoso, búscalos, léelos y después hablaremos. – Está bien- respondió Froles –Lo haré, pero no te prometo que lo haré hoy. Tomó su bolso y partió hacia su cueva.
Froles sabía que esos libros no eran cualquier cosa, que serían difíciles de comprender, así que se preparó física y psicológicamente para leerlos, en su cueva descansó durante varios días. Despertó y se dirigió directamente hacía la biblioteca donde encontraría los libros, los leyó y empezó a comprender cosas nuevas, cosas de lo que podía hacer la magia, tanto buenas, como malas. Se acercó a Tarthanan que estaba en la biblioteca también y le contó lo que había descubierto a lo cual respondió: - Muy bien Froles, es hora de reunirnos con los demás en el salón principal. Fueron hacía allá y estaban todos los magos de Hibernalia reunidos.
- Muy bien magos, se aproxima algo grande, y no es generalmente bueno.
- ¿A qué se refiere? Preguntó Dolkin.
- Predicciones de los sabios dicen que atacará un dragón, tenemos que estar preparados, y para defendernos bien, necesitamos estrategias.
- ¿Qué propones? Dijo Froles.
- Necesitamos grupos que se dividan por todo Hibernalia, cada grupo tendrá un líder el cual los guiará, les asignará trabajos, y me dará un reporte cada semana para ver si sí han hecho bien su trabajo. Yo les recompensaré el trabajo. Si sobrevivimos, claro está.
- ¡Está bien! Corean los magos.
- Dolkin, te harás cargo de los explosivos (magos que causan gran daño con fuego). Maler, tú de los frío (Hielo). Beigar de los centinelas (Magia arcana). Y Jolt de los rapiñadores (electricidad, son muy rápidos al atacar).
- ¿Y yo qué haré, Tarthanan? Preguntó preocupado Froles.
- Sígueme, tú misión es diferente.
Salieron del gran salón y fueron a la sala del Archimago, donde Tarthanan le encomendaría la misión especial a Froles.
- Debes ir a buscar en las montañas, lugares posibles donde pueda estar el dragón, normalmente están en cuevas, tú investigarás y nos avisarás donde está, para así llevar a los explosivos y atacar desde el origen, y tener más tiempo de prepararnos.
- No será fácil…
- No dije que lo sería.

Froles tomó su mochila y se fue a su cueva, su pequeño hogar a prepararse para esta difícil misión, cogió todos sus implementos y hasta un libro con conjuros de ataque ya que creía que podía ser un viaje peligroso. Cuando salió, varios amigos lo esperaban cerca de su casa para despedirse de él y desearle buena suerte, él muy orgulloso de su viaje y contento de tener esa clase de amigos decidió empezar a caminar hacia las montañas. -¿No necesitas ayuda? Le preguntaron. –No. Gracias, estoy bien. Respondió y siguió.
Así Froles puso en marcha su cuerpo y partió hacia las montañas para empezar su misión, él sabia que no era fácil, que iba a encontrar muchos peligros, misterios, incluso su muerte pudiera estar a la vuelta de la esquina, pero a él no le importaba, porque también su ciudad estaba en peligro e iba a hacer lo posible para salvarlos.
Ya en la base de la montaña Froles mira hacia su ciudad y hace un gesto de nostalgia porque cree que no la volverá a ver, vuelve a poner su mirada hacia el camino y decide caminar. Miró su libreta de anotaciones donde estaban los datos recogidos sobre lo que podría estar allí y poco decía de esto, entonces mientras caminaba decidió comenzar a dibujar lo que veia en el camino, tanto como el camino que dejaba como los animales que encontraba. Pasaba horas y horas describiendo todo lo que veía, hasta que encontró una bifurcación, dos caminos que lo llevaba a dos partes distintas. Una seguía el camino derecho pero no sabía que había mas allá por la neblina y el otro camino se extendía hacia arriba. Froles debatió consigo mismo para saber cual camino podría ser el mas adecuado para seguir, así que hizo una marca con su magia en un roca cercana y en su mapa marco también ese lugar. Decidió finalmente irse por arriba, mientras caminaba recordó varias frases de su maestro como "Un dragón no hace especial a la magia, la magia hace especial a un dragón." frases que para Froles eran muy importantes.
Mientras dibujaba un pequeño roedor que corría por ahí y seguía sus pasos vio a otro animal curioso que entro en una cueva y se dirigió inmediatamente hacia allá. Al entrar quedó fascinado con lo que había al otro lado, no era una cueva, era la entrada a un paisaje secreto, era prácticamente otro mundo y quería conocer mas sobre él. Se adentró y comenzo a sentir un ira mágica en el lugar y recordó nuevamente la frase del maestro, lo cual lo llevó a sacar su libro de magia para ver si podía reconocer esta aura. Después de varios minutos repasando el libro Froles se dio cuenta de que estas criaturas eran una especie de humanoides mágicos, de los mas antiguos existentes y que le podían enseñar mucho.
- Alguien aquí habla español? Pregunta Froles a un grupo de personitas .
- Todos hablamos español, quien eres tu viajero?
- Soy Froles, necesito hablar con su líder, creo que necesito ayuda.
- ¿Por qué deberíamos llevarte a donde nuestro líder?
- Debo detener al dragón y él puede ayudarme.
Todos asombrados porque Froles mencionó al dragón lo acompañaron hasta donde estaba Kil'ma y los presentaron.
Froles, él es Kil'ma, Kil'ma él es Froles. Los dejaremos solos. Dijeron los pequeños.
-¿Qué buscas Froles, qué te trae por aquí?
- Dicen que el dragón va a hacer un ataque a mi ciudad...
Froles contextualiza a Kil'ma y este decide ayudarle, y le obsequia un libro nuevo de hechizos, hechizos muy poderosos que le podrían ayudar a Froles para encontrar el dragón. Y una frase con la cual despidió al explorador "Busca en lo alto, usa la palabra y que la suerte esté contigo."
Tras esto, Froles partió hacia la salida del lugar, dirigiéndose hacia la montaña para seguir subiendo, al salir y caminar hacia arriba, decidió sacar el libro que le dio Kil'ma y tratar de leerlo un poco. Pero era algo complicado, así que decidió sacar del bolso su kit de acampado, armó una pequeña tienda y esperó a que pasará la noche leyendo el libro y tratando de entenderlo.
Pasaron las horas y Froles se sentía lino de conocimiento, según el libro, a los dragones hay que atacarlos desde la mente, porque son inteligentes upy físicamente difíciles de debilitar. Habia que convencerlos de algo para que cuando estuviera completamente dominado, poder contrarrestar su ataque. Froles estaba casi terminando su misión gracias a la ayuda de Kil'ma y su tribu. Solo le faltaba encontrarse a el dragón. Y no tardaría mucho en hacerlo.
Un estruendo comenzó a mover la montaña, todo temblaba y Froles se asustó muchjo , comenzó a decir palabras magicas para activar sus hechizos y no sufrir mucho a lamhjora de encontrarse al que ocasionó este temblor. Comenzó a correr y de repente un rayo de hielo pasó muy cerca de él, haciéndolo caer, miró al emisor del rayo y era nada mas y nada menos que un dragón que aparentemente estaba atacando aleatoriamente a las nubes, o eso pensó Froles hasta que de las nubes salio una masa inmensa con alas, otro dragon, algo que dejó a Froles tan impresionado que no fue capaz de contener sui miedo y cayó desmayado.
Al despertar, no había nada, ni un dragón en el aire, ni animales cerca, solo algunas marcas de los poderes de estos dragones. Froles con la fuerzas que tenía comenzó a correr colina abajo, corrió y corrió hasta cansarse, reposó lo suficiente y siguió corriendo hasta llegar a la base de la montaña y de ahí seguir hacia la ciudad. Al llegar a la escuela de magos, todos se impresionaron al ver que había llegado vivo del viaje y comenzaron las preguntas típicas, pero estaba demasiado cansado como para responder así que se fue a dormir para hablar con el sabio la mañana siguiente.
Al despertar, en su habitación estaba el maestro y comenzaron a hablar sobre la misión.
-Y bien Froles, ¿qué nos puedes contar?
- No sólo hay un dragón...
- ¡¿Qué?!
- Sí, encontré a un dragón, pero estaba peleando con otro. No recuerdo más.
- Esto es mas grave de lo que pensé.
- Pero sé una forma de debilitarlos y hacer que sea mas fácil contenerlos
-¿Como?
- Son inteligentes, hay que engañarlos con cosas cotidianas... Venderles una idea y después atacarle cuando estén distraídos.
- Suena interesante, hay que utilizar eso, cualquier idea es algo de ayuda. Sigue descansando.
Todos están listos para la batalla, cientos de magos se preparan para contener a los dragones, este momento se ha esperado por miles de años y por fin llegó, será el fin para muchos y un nuevo comienzo para otros. Con una estrategia planeada los magos reciben al primer dragón, haciéndole creer que no hay nadie en ciudad, escondiéndose muy bien para no ser detectados, el dragón empieza a comerse algunas vacas de los ganados pero al ver que no hay gente gritando por ahí se confunde y trata de empezar a volar, pero los magos aparecen y lanzan cantidades de hechizos que hacen que el dragón no pueda volar. Lo retienen y lo llevan hacia una prision. Mientras tratan de amarrar al dragon, se escuchan ruidos del cielo, pero no eran ruidos normales, parecia que dijeran algo.
Al salir y mirar que pasaba, los magos encontraron tal vez su peor pesadilla. En el cielo habían decenas de dragones gritando sus hechizos y destruyendo la ciudad, los magos trataban de contrarrestar estos efectos pero era inútil, era un poder casi ilimitado contra una ciudad.
Mientras esto pasaba, Froles tomó su libro de hechizos y buscó el final del libro parea encontrar una pagina en especifico: Domina tu mente, domina su mente, conviertan se en uno solo." Fezd khul. Y se dirigió hacia el dragón encarcelado para solucionar el problema.
- Sé que no quieres estar aquí y esto está a punto de colapsar, así que ayudame a escapar y seras libre. Fezd khul.
Un aura muy poderosa empieza a salir de las manos de Froles y se impregna al dragón, esta aura la sienten los dos y ahora se entienden, están conectados y tienen una nueva misión, salir del ataque de los dragones. "Akatosh" escuchó Froles como si viniera del viento pero era el dragón hablándole. "Salgamos de aquí" dijo nuevamente y batiendo sus alas comenzó a volar con Froles en su lomo.
Salieron disparados y volaron muy lejos de la ciudad, desde muy lejos Froles pudo ver su ciudad destruida por los dragones, y al parecer el unico vivo es él, que estaba montando un dragón que lo llevó a un lugar seguro. Era un llano muy amplio donde Akatosh descendió con Froles.
-Aquí nos separamos Froles.
- ¿Como supieron del contragolpe que les teníamos planeado?
- Como tu mismo lo dijiste, somos inteligentes, y al ver a uno de los suyos adentrándose en nuestro territorio sospechamos de algo así, entoces nos preparamos.
- ¿Qué haré ahora?
- Empieza de nuevo, tu vida en Hibernalia terminó. Ahora debo irme.
Akatosh pendió vuelo y se fue hacia el horizonte, sin decir una sopla palabra mas. Y Froles comenzó a buscar un lugar donde empezar su nueva vida, en donde conatará sus historias y será recordado para siempre.